El paisano de Jamaica, de Francisco Javier Romero Valentín
El libro está centrado en unos pocos meses de la historia de España, lejos de nuestro suelo patrio, concretamente en Cartagena de Indias cuando en el siglo XVIII andábamos por allí con nuestros virreyes y nuestros ejércitos sometiendo a los locales y esquilmándoles todas sus riquezas. Allí, en los primeros meses de 1741, tuvo lugar una batalla contra el ejército inglés, comandado por Edward Vernon, tremendamente superior en efectivos, que fue ganada en última instancia por el buen hacer y la templanza de «Mediohombre», apodo de Blas de Lezo y Olavarría, un pasaitarra español que, a pesar de faltarle una pierna, un brazo y un ojo, siguió su carrera militar de forma honesta, honrosa y brillante, aunque su personalidad le llevó a enfrentarse con el virrey Sebastián Eslava que lo ninguneó hasta conseguir que le fuera formado un Consejo de Guerra al que no tuvo que asistir por haber muerto en septiembre de 1741, pocos meses después de la derrota infringida a los ingleses.
Novela histórica o historia novelada, el autor se apoya en personajes ficticios creados por él para armar un bonito y entretenido relato que sigue con mucha fidelidad lo acontecido en aquellos meses de 1741. Como es de agradecer en este tipo de novelas, el propio autor nos informa detalladamente de lo que fue real según los historiadores, que algunas veces no se ponen de acuerdo, y lo que es ficción creada por él mismo para dar soporte a su libro. Escrito con una prosa agradable y cuidada, con unos personajes redondos que calan en el lector al asegurarle unas cuantas horas de divertimento, amén de conocer un poco sobre la tremenda figura de este marino olvidado y los insidiosos que le rodearon. Algo muy de actualidad, que ahora se denomina «mobbing», tres siglos después que puede resumirse en este párrafo extractado del libro puesto en boca del propio Blas de Lezo:
«No aguanto más. Puedo guerrear con todas las fuerzas que el enemigo envíe en mi contra, y si he de morir en batalla lo haré con todo el valor y el honor que logre reunir, confiando estar a la altura del país que he defendido toda mi vida. Pero si hay algo con lo que no puedo es con la mentira, con el engaño y con esta puta envidia que muestran muchos de los hombres que toman las decisiones en España. Contra eso ni he sabido luchar en mi vida ni tengo ganas de aprenderlo a la edad que tengo ya».Si he de poner un «pero» personal, es la excesiva longitud del libro. El autor se recrea con profusión en muchas de las escenas y nos las hace vivir casi como si estuviéramos allí. Pero puede ser que lo que a algún lector pueda llegar a aburrir a otros les resulte agradable en ese sentimiento que se tiene de que no nos gusta que se acabe un libro que está resultando agradable y entretenido. Un libro que en mi opinión, no sé si modesta, está a la altura por lo menos de otros de corte parecido de autores como Juan Gómez Jurado, Matilde Asensi o Pérez Reverte, pero que no tiene la difusión y la fama de estos y le costará hacerse un hueco. Si con este comentario contribuyo a ello me daré por satisfecho. Para aquellos que quieran saber más de este español y vasco olvidado, hay más libros dedicados a glosar su memoria y mucha información en la red, pero por aquello de la auto-propaganda hago mención a una entrada mía en un blog amigo titulada "BLASdeLEZO".